Las herencias negativas de la narcodictadura le han pasado factura a Honduras en todas sus expresiones, el Consulado de Barcelona no fue la excepción. Antes hice referencia a ese periodo nefasto donde la comunidad migrante hondureña fue abandonada por el Gobierno del Partido Nacional.
Durante años, sostuvieron las oficinas del Consulado en un lugar que no es digno para la cantidad de compatriotas que llegan a solicitar trámites; no hay aire acondicionado ni calefacción. A los nacionalistas no les interesó fortalecer al Consulado a pesar de que el número de compatriotas residentes en Barcelona creció exponencialmente.
Afortunadamente tenemos un Gobierno distinto que ya está gestionando cambios importantes para recuperar la dignidad de nuestros compatriotas. Confiamos en la presidenta Xiomara Castro en su afán por mejorar el trabajo de los consulados en beneficio de la diáspora.
Confiamos en las promesas de las autoridades de Cancillería para fortalecer al Consulado de Barcelona, también creemos en el trabajo comprometido que está haciendo la cónsul general Adriana Zúniga, que encaja con esos cambios tan anhelados.
El enrolamiento, un servicio nuevo y tan necesario, genera más demanda de trabajo para el Consulado, que con buena voluntad realiza jornadas extraordinarias los fines de semana, poniendo este servicio a disposición de miles de compatriotas que por compromisos laborales no pueden asistir a enrolarse los días de semana.
Aplaudimos el compromiso de la doctora Zúniga y su equipo, el cual necesita ser fortalecido por parte de Cancillería a través de más personal, más equipo para enrolamientos y más logística para la atención diaria. La nueva gestión consular está cumpliendo con las promesas realizadas a la diáspora, por eso seguirá recibiendo el apoyo del voluntariado de los colectivos de Libre y de asociaciones comprometidas con la comunidad migrante.